La madre de los lobos estaba
harta de tener que cuidarlos, así que los mandó con su tía, pero ésta no estaba
en casa, así que fueron a una casa que había en el bosque, pero no sabían que
había un ciervo, al que le gustaba ponerse la piel de los lobos. El lobo más grande,
como no sabía que hacer hizo una casa de madera, y el lobo más pequeño, como
era más listo, hizo la casa de piedra.
Al ver el ciervo la casa de
madera, toco en ella y nadie le abrió, entonces metió sus cuernos y derrumbó la
casa. Entonces el lobo grande salió corriendo a la casa del lobo pequeño y le
dijo que le escondiera, que venía el ciervo.
Cuando estaban en la casa de
piedra llegó el ciervo e intentó derribarla, pero no fue capaz. Entonces entró
por la ventana y se pincho con un cactus y nunca más los volvió a molestar.
OLIVIA. 3º DE PRIMARIA.
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