LA PRINCESA MIRONA.
Había una vez una
princesa muy guapa, tan guapa que se miraba siempre a un espejo.
Tenía un gatito llamado Miau, muy travieso e inquieto. La princesa
Mirona tenía una hermana llama Estela, que tenía un perro llamado
Yaqui. Miau, el gato y Yaqui, el perro se llevaban muy mal.
Un día a la princesa le
salió un lunar en la cara, y desde esa día sufrió mucho, porque
ella era muy guapa y el lunar era muy feo. Un día vino su hermana y
escuchó lloros. Entró y la vio con un lunar que nadie se quería
acercar a ella.
Por allí paso un
príncipe y quiso entrar en el castillo. Llamó a la puerta y la vio
tan bella y guapa que desde entonces la princesa solo quería un
deseo: que le desapareciera el lunar.
Llegó una noche y se
acostó, y cuando se levantó se miró a espejo y vio que no tenía
ese lunar tan feo. La Princesa Mirona, tan guapa y hermosa, se volvió
a mirar al espejo, y cuando paso un tiempo volvió el Príncipe de
nuevo, vio esa cara tan dulce sin ese feo lunar y se enamoró de
ella.
Se enamoraron y vivieron
felices.
IRENE BELLITNO BARCO. 3º
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