Paquita tenía muchos juguetes en
su cuarto. Ositos, muñecas, un gato... sus tíos le traían muchos regalos.
Llegaron un día con un regalo muy especial. Era una oveja negra y se puso
contentísima. Cuando la llevó a su cuarto para jugar a sus juguetes no le
gustaban y se reían de la oveja. Un día
Paquita la llevó al jardín y la colocó en su caja. Había un pintor pintando el
jardín y sin darse cuenta tropezó en la caja donde estaba la oveja. Cayó la pintura
encima de la oveja y ésta se volvió blanca. Todos jugaban con ella y la
encontraban simpática. Cuando Paquita la bañó y volvió a ser negra a sus
juguetes no les importó porque se dieron cuenta que lo importante no era el
color de la piel.
RICARDO.
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