Aquel
domingo de abril yo fui con mi abuelo a buscar espárragos. Cuando
fui a arrancar uno se me apareció un duende y me dijo que le gustaba
mucho leer. El duende nos llevó a su sitio favorito, la biblioteca.
Allí había muchos libros, pero muy pequeños. Un día en la
biblioteca había una niña que no le gustaba nada leer. Estaba
rompiendo todos los libros que veía. Así que los duendes llamaron a
la policía, cogieron a la niña y la convencieron para que leyera
mucho y así aprendería muchas cosas. Desde entonces los duendes
vivieron muy felices.
Así es
como me empezó a gustar la lectura, ya que ahora me gusta mucho
leer.
Imanol
García Martín.
Mui feo y corto
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