Aquel
domingo de abril en un pueblo llamado Galisteo, que estaba en
fiestas, una vaca se escapó de los barrotes y se metió en una peña.
Pilló a dos mujeres y a un hombre y luego la sacaron con una cuerda.
Por la tarde el hombre se había hecho una herida en la cabeza y un
esguince en la mano izquierda. A la noche siguiente el hombre que iba
a matar a la vaca se hizo un corte en la mano. Aún así mató a la
vaca y la ratona que tenía que recogerla se averío. Tuvo que venir
el alcalde con unas pinzas eléctricas, arreglaron la ratona y
fueron a por la vaca. Soltaron la siguiente vaca y también se metió
en la misma peña y hasta las ocho de la mañana no mataron la vaca.
David
García Iglesias.
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